martes, 3 de agosto de 2010

Hola Carlos,

Sabes, es la primera vez en tres meses que me atrevo a escribirte sin miedo. Te echo de menos. ¿Cómo te has ido así: con las manos vacías, sin decir nada? Táchame de egoísta si quieres pero no puedo desearte que seas feliz con tu nueva vida. ¿Cómo voy a desearlo si has dejado todo aquí? ni siquiera te has llevado los recuerdos para no hacerme llorar sintiendo nostalgia, ni las caricias, ni la pasión de aquél primer beso… has dejado aquí al Carlos del que me enamoré, al Carlos que me enseñó que también se puede llorar de felicidad, al Carlos inmaduro que poco a poco fue creciendo como persona…

Un beso enorme y mil abrazos.

Te quiere Bien,

Patricia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario